Exploración de las funciones y potencialidades de los anticuerpos de huevo de gallina (IgY)
Durante más de 30 años, el Instituto de Investigación Inmunológica de Gifu (IRIG) ha sido pionero en la investigación de la tecnología de anticuerpos de huevo de gallina (IgY). Hemos desarrollado con éxito muchas aplicaciones patentadas de IgY contra diferentes patógenos en humanos, animales de producción y mascotas.
Nuestra historia
Una historia de éxitos
EW Nutrition adquiere IRIG de GHEN
EW Nutrition adquiere la rama de anticuerpos de GHEN y empieza a gestionar IRIG.
Alimentos y piensos
La investigación se centra plenamente en el desarrollo de aplicaciones de IgY para alimentos y piensos.
Nace IRIG
El laboratorio pasa a llamarse Instituto de Investigación Inmunológica de Gifu (IRIG). La atención se centra ahora plenamente en la investigación sobre IgY, tanto básica como de aplicación farmacéutica.
Primeros proyectos IgY
Se llevaron a cabo los primeros proyectos de investigación sobre la IgY, que pronto dieron lugar a innovaciones revolucionarias.
Inicio
Laboratorio de Gifu fundado por GHEN Corporation. El objetivo era desarrollar nuevos probióticos y vacunas para animales.
Nuestro lema es
“IgY de por vida”
Los investigadores del IRIG han publicado numerosos artículos científicos sobre la IgY en revistas internacionales de reconocido prestigio. Desde su creación en 1989, el IRIG ha emprendido numerosos proyectos de investigación conjuntos con universidades e institutos de investigación de Japón y el extranjero. En la actualidad, centramos nuestras actividades en aplicaciones prácticas de IgY que mejoran la salud y el bienestar de las personas y los animales.
Salud humana
Los productos basados en IgY pueden apoyar la atención sanitaria en distintos ámbitos...
Cuidado de los animales
La salud y el rendimiento del ganado pueden beneficiarse de las aplicaciones de IgY...
Cuidado de mascotas
IRIG ha desarrollado con éxito IgY de apoyo a la salud de las mascotas...
Conceptos básicos de IgY
Creación de inmunidad pasiva mediante anticuerpos de huevo de gallina (IgY)
El sistema inmunitario de los animales depende de los anticuerpos para luchar contra las bacterias y los virus. Las aves protegen a sus crías transfiriendo anticuerpos de la madre al polluelo a través del huevo. La yema de huevo de gallina contiene una gran cantidad de «inmunoglobulinas de yema de huevo» o IgY.
Humanos y otros mamíferos: transferencia de anticuerpos de madre a hijo
En los mamíferos, el feto crece dentro del vientre de su madre hasta que está suficientemente desarrollado para nacer. Sin embargo, los recién nacidos carecen del robusto sistema inmunitario necesario para defenderse de bacterias, virus y otros patógenos omnipresentes fuera del útero. Por esta razón, los recién nacidos dependen de los anticuerpos transferidos por la madre. Esta dependencia temporal del sistema inmunitario de la madre tras el parto se denomina «inmunidad materna».
En los seres humanos, los anticuerpos se transfieren a través de la placenta al feto antes del nacimiento y a través de la leche al niño después del parto. En otros mamíferos, los anticuerpos también se transfieren de madre a hijo a través de la leche.
Inmunidad maternal aviar: un ingenioso sistema del que podemos beneficiarnos
El mismo sistema de inmunidad materna que protege a las crías de los mamíferos también existe en las aves, pero no puede depender ni de la placenta ni de la leche (ya que las aves no tienen ninguna de las dos). La solución aviar consiste en almacenar anticuerpos maternos en el huevo, especialmente en la yema. Así, cuando el polluelo se desarrolla a partir del huevo, ya posee anticuerpos heredados de su madre para protegerlo de patógenos externos.
Inmunidad pasiva: cómo aprovechar el poder de la IgY
La inmunidad desarrollada por un animal en el curso de su propia vida se llama «inmunidad adquirida». En cambio, la inmunidad adquirida mediante anticuerpos externos se denomina «inmunidad pasiva». Un ejemplo es la inmunidad pasiva que los bebés reciben de su madre a través de la placenta.
La idea básica de nuestro trabajo en IRIG es sencilla: Si los pollos están expuestos a patógenos humanos o animales, crean anticuerpos contra ellos. Estos anticuerpos se acumulan en la yema del huevo de gallina y, gracias a nuestras tecnologías, pueden utilizarse para desarrollar soluciones de inmunidad pasiva contra estos patógenos para humanos, animales de producción y mascotas.